A veces resulta que las cosas más fáciles se convierten en las más difíciles y lo vemos todo negro, como una espiral de fuego que nos bloquea el paso y nos impide seguir adelante…
Otras veces sólo es cuestión de ver las cosas de otra manera y pensar que existen alternativas para alcanzar el propósito buscado.
Han sido años de macabros asesinatos, de lágrimas derramadas por la desaparición de aquellos que perdieron su vida en manos de este malvado e impasible monstruo, cuya sed se saciaba con la sangre de jóvenes y adolescentes, sin arrojar vestigio alguno de compasión.
Hace tan sólo dos semanas perdí a mi hija. Su alma se desvaneció de vuelta a casa en su paso por el bosque y unos días más tarde su cuerpo apareció inerte y desmembrado a las afueras del pueblo.
En estos últimos días he tenido que encerrar a mi mujer en el sanatorio. No ha podido aguantar el dolor que ha supuesto la pérdida de nuestra hija… Ha perdido la noción de l tiempo, ha perdido su tesoro más preciado, ha perdido la cabeza y se le ha roto su corazón.
Y yo, conforme pasaban las horas, me hacía más fuerte y preparaba el plan que daría fin a todos estos años de dolor ajeno y ahora mismo, de mi dolor, de mi angustia y mi sufrimiento. No me queda nada.
Ayer decidí salir a cazar y volví con la presa que andaba buscando, el animal que tantos cuerpos desmembró y que tanta sangre derramó, la bestia salvaje que dejó tantas familias rotas. Ahora es él, el que yace sobre la mesa, frío, inerte, con la mirada fija en aquel que le ha quitado la vida y que ahora descansa tranquilo y en paz…
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ISO 100 f/5,6 16mm 300″ |
A pesar de la aparente noche despejada, acabaron apareciendo nubes que se acercaban desde el horizonte hacia mí… mientras las estrellas formaban una diana, con la Polaris en el centro.
Este Star Trail se ha efectuado con 90 fotografías de 30″ cada una a intervalos de 2″.