Burn!
Y pensar que estábamos resguardados… cuando sorprendentemente una lluvia de acero ardiendo cayó sobre él. Silla en mano, la alzó sobre su cabeza, hincó la rodilla en el suelo y rezó.
Segundos después todo había acabado. Quien lo iba a decir, protegido y salvado por una silla, sólo una simple silla.
Para esta toma se ha utilizado:
– lana de acero
– flash suave